Señor Presidente:
Sí hay algo que nuestra Nación le agradecerá y sobretodo recordará con el más noble sentimiento de por vida, borrando cualquier etapa adversa de su gestión, es y será, que usted deje a nuestra Patria el hermoso legado de: Perú, País de Triunfadores.
Señor Presidente, me da la impresión y es la percepción de muchos especialistas y también percibido por miles de peruanos, que le falta un asesoramiento acertado; por lo que, me permito con mucho respeto aconsejarle, que no se centre tanto en los grandes apellidos y los abolengos. En su Pueblo, también hay pequeños que de pronto nuestros apellidos no son rinbonbantes y muy famosos en las altas esferas, pero tenemos mucha experiencia, entendimiento y oficio. Imagínese, que mejor que tener de asesores a los propios protagonistas del manejo de la “subsistencia diaria” un simple, un común, un ciudadano de la calle, que la conoce bien, que la vive, que sabe cual es la real percepción de cómo está gobernando el Presidente. Yo dudo que alguien de la alta dinastía, burgués de toda la vida, por quienes particularmente no tengo nada en contra, sepa como se vive con un sueldo mínimo con 5 o 6 hijos, como es el sabor de un “calentao” de varios días, de una sopa de filtrante de té de 10 centavos y un segundo de pan con mantequilla. Si como Presidente usted convocara a la gente del pueblo como sus asesores, obvio en materias especificas, no especializadas, le aseguro que los resultados serían otros y en las encuestas estaría en 100% de aprobación.
Señor Presidente, el Pueblo quiere triunfos, estamos cansados de los vivos, de los que han reinado en el clasismo político, cobrando toda una vida su sueldo de la Caja Fiscal, el dinero de todos los nosotros.
Señor Presidente yo le aconsejaría que baje a los barrios, al pueblo de donde usted salió, escúchelo directamente sin intermediarios, ni Ministros, trace las soluciones que necesita el país, asesorado por los verdaderos dolientes, por los que sortean diariamente el día día para vivir la vida; pase a la historia Señor Presidente, como el gobernante que le abrió las puertas de Palacio a los pobres, los escuchó y solucionó sus problemas, extiéndale la mano a los ancianos, a los jubilados, que han dado su vida trabajando y aportando al Sistema de Pensiones, a los niños de los barrios marginales, de los cerros, a los peruanos de la Puna, a los nativos que viven entre los caños y los manglares de la Selva, entre los árboles, comiendo del fruto de la tierra y de sus ríos, pescando un boquichico para satisfacer su inmenso hambre, implemente para ellos, escuelas y universidades limpias, modernas, con tecnología, apoye a los jóvenes deportistas, súbale los sueldos a los maestros, a mis hermanos policías, a los enfermeros, a los médicos, a la clase trabajadora en general, “REVOLUCIONE” su gestión Señor Presidente, que sepan lo que Alan García Pérez, es capaz de hacer por el Pueblo. Dejo claro, que si menciono con tanto énfasis que gobierne para el pueblo, el suscrito tenga algo en contra de la clase media o los ricos, muy por el contrario, yo desearía de todo corazón, que la pobreza sea abolida y que todos fuéramos ricos, con la suficiente solvencia económica para vivir sin aprietos, una vida como quiere toda familia peruana vivirla, dignamente.
Señor Presidente, lo arriba escrito por este humilde servidor, es lo que la gran mayoría de nuestros compatriotas quiere y espera de usted, que deje al Perú ¡En el Podium de los Triunfadores! Si AGP se lo propone, sin duda alguna, ¡AGP, LO LOGRA!
Carlos Peñaloza
El General
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